24 de diciembre de 2010

CLAROSCUROS DEL PUEBLO ALEMÁN



El  pueblo alemán es admirable pero también temible. Admirable por haber sido capaz de levantarse de la devastación enorme que sufrió por las dos guerras   mundiales, especialmente la segunda y por la dictadura comunista impuesta por la URSS en la Alemania del Este, adversidades  que superó para convertirse en unas pocas décadas en la cuarta economía más grande del mundo. Temible por la capacidad de sus ciudadanos no sólo de llevar al mundo a una guerra que causó más de 50 millones de muertos,  sino porque   cientos de miles de sus hombres  fueron capaces de asesinar a sangre fría a millones de personas indefensas entre judíos, gitanos, oponentes políticos, discapacitados y enfermos;  y millones  más fueron cómplices o por lo menos indiferentes a estas atrocidades. Luego después de la guerra, durante el régimen dictatorial de la Alemania del Este, un número importante  de alemanes mantuvieron sojuzgados a sus compatriotas a base del terror sustentado en  el aparato de espionaje policíaco mas extenso de que se tenga registro en la historia y tuvieron a su pueblo prisionero dentro de su propio país durante cuatro décadas.

Alemania tiene una extensión un poco menor que los estados de Chihuahua y Durango juntos. En esa superficie viven 82.3 millones de habitantes lo que la hace el segundo país más poblado de Europa. Sin embargo la población está dejando de crecer y la pirámide poblacional está invertida: hay más viejos que jóvenes lo cual ha atraído  a grupos migratorios de Turquía y Europa Central.  Ocupa el lugar 37 entre los países con mayor ingreso per cápita del mundo con $34,000 dólares al año. México en contraste ocupa el lugar 83 con $13,500 dólares anuales.  A eso habrá que agregar el alto nivel educativo y cultural de los alemanes;  su tecnología de vanguardia en ámbitos como las máquinas herramientas, la industria química, la farmacéutica, la financiera, la electrónica y la automovilística entre otras.  

En la década de los treinta, Hitler logró el poder absoluto mediante el terror,  la complacencia, la indiferencia o el franco apoyo de los alemanes. Mucho de este apoyo se explica porque  llevó al pueblo alemán a salir de la depresión económica de aquellos años,  proveyó de empleo a las grandes mayorías, les restableció la confianza en sí mismos y les hizo creer en una “Alemania por encima de todos en el mundo”, tal y como dice un verso del himno alemán. Echó la culpa de los males que padecía el país a  los judíos, a los comunistas y a los países que derrotaron a Alemania en la primera guerra mundial e impulsado por su maquinaria de propaganda obtuvo apoyo popular. En ese proceso de reconstrucción, Hitler benefició  a casi todos: desde los obreros  hasta los  grandes industriales. Lo logró fomentando una  economía orientada a  la guerra que iniciaría al poco tiempo de tomar el poder. La guerra  tenía el propósito de darle mayor territorio a su población, más recursos naturales y exterminar a los judíos entre otros objetivos. Para lograr esto convirtió en soldados de obediencia ciega y genocidas a alemanes aparentemente  normales, como el caso de Adolf Eichmann quien organizó la logística e implementó el holocausto y cuya mediocridad tan bien retrató Hannah Arendt.  La locura de Hitler y la disposición de millones de sus seguidores llevó a la destrucción prácticamente total del país,  a la muerte de millones de alemanes,
a la ocupación de Alemania por  las tropas aliadas, a la división del país en la parte comunista y la occidental y   a la pérdida de importantes territorios que hoy ocupan Polonia y Rusia lo cual ocasionó el desplazamiento de millones de personas.

A raíz de la derrota en la segunda guerra mundial  surgió la dictadura comunista en la Alemania ocupada por los rusos lo cual  también fue un hito lamentable en la historia de ese país. Apoyados e impulsados por sus conquistadores soviéticos,   un puñado de líderes, y un número elevado de  burócratas, soldados,  policías y espías alemanes, mantuvieron cautivo al pueblo de Alemania del Este por 40 años. El principal instrumento para lograr este sometimiento fue la policía secreta conocida como  Stasi. Tan solo en 1989 la Stasi contaba con más de 91,000 empleados de tiempo completo  y más de 174,000 informantes que representaban el 2.5% de la población de entre 18 y 60 años. En la historia de la Stasi se estima que mas de 600,000 personas colaboraron para  espiar a sus  16 millones de compatriotas con el propósito de  acabar con la disidencia y sostener a esta dictadura títere de la soviética. En el camino,  aparte de negar libertades elementales a sus ciudadanos, el régimen comunista produjo una economía ineficaz que generó gran pobreza y atraso.

Sorprende pues la capacidad para el mal que mostraron grandes segmentos del pueblo alemán en su momento, pero sorprende también la capacidad de reorientación que tuvieron para lograr hoy en día  una democracia avanzada, un país sin ambiciones de dominio mundial y una población con elevada educación, cultura y  calidad de vida. Esto puede tener  muchas explicaciones pero una de ellas es la capacidad de obedecer la autoridad y someterse a reglas. Mal encausada originó dictaduras terribles. Pero bien encausada derivó en un pueblo próspero.


                                                                       Correo: octaviodiazgl@yahoo.com.mx


No hay comentarios:

Publicar un comentario