Por: Octavio Díaz García de León
Asesinos de escritorio es como describe Dan Gretton en su libro “Yo, Tú, Nosotros,
Ellos” a las personas responsables de las decisiones que ocasionan la muerte de
miles o incluso, millones de personas desde la comodidad de un escritorio.
2 . Normalización y adaptarse a lo que hacen los
demás. Resulta muy difícil a las personas ir contra la corriente. Cuando los
demás están cometiendo actos ilegales o contra la ética, tales como asesinatos
o actos de corrupción, lo más fácil para ellos es seguir la corriente y verlo como
algo normal.
3.
Deshumanización del lenguaje. Cuando a las
personas se les cataloga como “judíos”, “conservadores”, “comunistas” o
“fascistas”, se pierde la empatía y la sensibilidad hacia
los demás por ser “diferentes”.
4. Proceso de abstracción de las víctimas. Cuando los
individuos se convierten en cifras, en masas, en estadísticas, se pierde de
vista que son personas y, por lo tanto,
se pierde la empatía hacia lo que les sucede.
5. Distanciarse del acto de violencia. Entre más lejos se
esté de los lugares donde se cometen los crímenes, los asesinos de escritorio
se sienten ajenos a lo que les ocurre a quienes condenan a muerte. Eichmann
decía que él nunca había matado a nadie por sus propias manos y se quejaba de
que lo acusaran de ser asesino, a pesar de haber sido responsable de la muerte
de millones de personas.
6. Transferir la responsabilidad individual a la autoridad responsable. Una autoridad abstracta toma las decisiones y por lo tanto los individuos que ejecutan lo necesario para que ocurran los crímenes, sienten que no son responsables. Frases tales como: “Lo decidió el gobierno”; “Fue el Estado”; “Fue la empresa la que lo hizo”; “Yo no soy responsable de combatir la corrupción. Eso lo hace la contraloría.”, ilustran esta actitud.
7. Compartimentalización del pensamiento. Separa lo que se hace de lo que se piensa. Un sicario pensará que es un buen cristiano mientras comete los perores crímenes. Un político rechazará en su discurso la corrupción, a la vez que incurre en ella. Un empresario puede sentirse muy honesto siendo que soborna y realiza actos ilegales para beneficiarse.
8.
Cultura del trabajo excesivo y frenesí por
dar resultados. Es el caso de los empleados de las empresas que están dispuestos a cometer
crímenes con tal de obtener los resultados que les piden. O de los funcionarios
del gobierno que están dispuestos a violar la ley con tal de complacer a sus
jefes.
9. Priorizar sistemas abstractos por encima de los seres humanos. Los nazis creían necesario limpiar la “raza aria” de las impurezas de otras “razas” y, por lo tanto, había que destruirlas. Actualmente hay empresarios que creen más en las utilidades que en cualquier consideración ética y legal. O bien, existen funcionarios de gobierno que están dispuestos a matar, torturar o encarcelar a los opositores por creer que su ideología debe ser impuesta a la sociedad. Sucede lo mismo con los fundamentalistas religiosos, como en Irán, donde los asesinos de escritorio mandan matar mujeres por no usar un velo.
10. Mirar para otro lado. Ignorar conscientemente el mal. Por ejemplo, los empleados de las empresas que saben que sus jefes están actuando contra la sociedad para obtener un beneficio y no hacen nada al respecto. O bien, los funcionarios de gobierno que no denuncian a los jefes que roban, cometen crímenes o actos de corrupción.
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