Por: Octavio Díaz García de León.
“El número
de necios es infinito”
Eclesiastés,
I, 15
La idea: El ser humano
no siempre actúa en su mejor interés. La historia y la vida cotidiana están
llena de hechos absurdos que dan cuenta de la irracionalidad de las personas y
de aquello que hemos denominado su estupidez. Y esto afecta a todos los grupos
humanos ya que la estupidez no es característica de determinado grupo de
personas. ¿Cómo podremos superarla?
La Real Academia Española define a la estupidez como “Torpeza notable en comprender las cosas”,
aunque en este artículo me refiero al
actuar contra el propio interés de la persona y de quienes le rodean. No
abundaré con ejemplos en estas líneas
porque eso es materia de una enciclopedia.
La historiadora Bárbara Tuchman menciona que “un fenómeno destacado a
través de la historia, sin distinción de lugar o periodo, es el que los
gobiernos persigan políticas contrarias a sus propios intereses”. Y se pregunta “¿Por qué los altos
funcionarios actúan tan frecuentemente en sentido contrario a lo que señala la
razón y a lo que sugiere el ilustre interés propio?”
Menciona algunos ejemplos: El Caballo de Troya, ¿por qué tenían que
meterlo los troyanos a su ciudad? ¿Por qué Carlos XII, Napoleón y Hitler
cometieron el mismo error de invadir Rusia a pesar de las experiencias previas?
¿Por qué los aztecas sucumbieron ante
unos cuantos aventureros españoles, a pesar de ser guerreros formidables y haberse
dado cuenta que sus enemigos no eran dioses? (https://www.hislibris.com/la-marcha-de-la-locura-barbara-tuchman/)
Carlo Maria Cipolla, en su libro “Allegro ma
non troppo” (https://es.wikipedia.org/wiki/Allegro_ma_non_troppo) habla de las leyes de la estupidez. Estas son: Siempre se subestima el número de estúpidos.
La probabilidad de que una persona sea
estúpida es independiente de sus características personales. Un estúpido
ocasiona pérdidas a otras personas, mientras que él no gana nada e incluso
pierde. Las personas que no son estúpidas siempre subestiman el poder de hacer
daño de los estúpidos. Una persona estúpida es la persona más peligrosa. La
matriz que desarrolla en su libro para ilustrar las consecuencias de las
acciones de las personas, es ingeniosa y
muy cierta.
El
caricaturista Scott Adams con su personaje Dilbert
(https://dilbert.com/) lleva más de 30 años viviendo,
literalmente, de la estupidez. En sus tiras cómicas se ha dedicado a
caricaturizar lo que ocurre en las grandes empresas en cuanto a decisiones absurdas que toma la gerencia y como los
empleados de dichas compañías tienen que hacer para sobrevivir a esas
ocurrencias.
Desde la
aplicación de la última moda en la administración de empresas hasta la eterna
lucha por reducir gastos a costa de los empleados, quienes ven reducidos sus espacios de trabajo hasta niveles ridículos
y siempre están amenazados con ser despedidos.
También
hace burla de cómo se mata la creatividad de los empleados y se les somete a
una serie de trabajos sin sentido. Como
bien lo señala en la portada de uno de sus libros: “No soy anti-empresarial,
soy anti-estupidez.”
¿Por qué
gente inteligente y con preparación, cuando ocupan puestos de alta
responsabilidad realizan tantas tonterías? Y eso no es lo peor, ¿por qué
personas igualmente inteligente, con estudios y experiencia está dispuesta a
realizar las idioteces que les piden sus jefes, sin chistar?
En
general, existe un miedo a “hacer
olas” y se hacen las cosas aunque sean necedades. Se evita aparecer como
“rebelde” y se prefiere “navegar”, fingiendo aceptación de las instrucciones, por mas que estas sean absurdas. Todo esto con tal de
conservar el trabajo. Se aprende a ser sumiso y a agachar la cabeza.
Por otra
parte, las altas jerarquías, suelen ser poco tolerantes a la crítica interna. Los
jefes creen que por tener esa posición, deben
saber más que sus subordinados, así
hayan llegado allí sin ninguna experiencia previa o sin capacidades directivas,
por no haber dirigido instituciones.
Además, dos
aspectos refuerzan esas actitudes: Las burbujas:
grupo de personas que los rodean y no permiten que nadie se les acerque.
Los anticuerpos: cuando alguien
logra penetrar la burbuja, lo atacan como si fuera un extraño enemigo y los acaban expulsando del grupo. Así, los jefes
se aíslan y no hay quien les diga: “El
Rey va desnudo”.
No hay
remedio fácil contra la estupidez
como muestra la evidencia. Pero se podría
empezar por ser autocrítico: saber cuándo los prejuicios se sobreponen a
los hechos y la razón; cuando la testarudez lleva a extremos que pueden perjudicar a todos y a sí mismo.
También
ayuda abrirse a la crítica externa, no importa de donde venga. Saber escuchar y
estar dispuestos a usar la razón por encima de los prejuicios. Dejar de creer
en ideologías como acto de fe y cuestionar las ideas preconcebidas.
La
humildad y el reconocimiento de nuestras limitaciones son importantes, aspecto
que enfatiza Carlos Llano en su libro “Humildad
y Liderazgo” https://www.carlosllanocatedra.org/humildad-y-liderazgo-rese%C3%B1a).
Pero lo más importante es no quedarse callado
ante lo que se percibe como una estupidez. El silencio de los inteligentes es
tanto o más dañino que las acciones de los estúpidos.
http://www.heraldo.mx/tag/todo-terreno/ Twitter:
@octaviodiazg
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