Por: Octavio Díaz García de León.
@octaviodiazg
Hace
un año ocurrió un enfrentamiento entre el Ejército y un grupo de personas en el municipio de Tlatlaya, Estado de México en el cual
resultaron 22 presuntos delincuentes muertos y un soldado herido. Unas semanas
después, una revista americana presentó
la versión de una testigo presencial de donde se desprendía que, más allá del enfrentamiento, pudo tratarse de una ejecución.
El asunto continúa en investigación y permanece en los titulares de periódicos.
Plantea una vez más la necesidad de definir el papel de las fuerzas armadas en
temas de seguridad pública. (Ver
artículo)
Hace
unos días el periódico Excélsior (Ver nota) entrevistó
al Gral. Secretario de la Defensa Nacional,
Salvador Cienfuegos, quien hizo comentarios interesantes:
1.
Dice que se ha logrado desarticular a los grandes cárteles de
delincuentes, pero al fragmentarse, se van convirtiendo en bandas que pelean entre sí y
que extorsionan, roban, secuestran y matan a la población.
2.
Le preocupa que el Ejército haga funciones de
policía y que no se avance en la reconstrucción de las policías. Sin embargo,
dijo que aún con buenas policías
locales, estas no podrán con estas bandas y que se necesita otra estrategia de trabajo.
3.
El estaría dispuesto a regresar al Ejército a sus
cuarteles de inmediato ya que ellos no lo pidieron, se los ordenaron. Dijo que “Es
una solución que los gobiernos locales han encontrado para sus problemas.
Nuestros soldados ya no pueden hacer más… y si están pensando en que nosotros vamos
a hacer funciones que les corresponden a las policías, pues no vamos a ser
suficientes; somos, proporcionalmente hablando, el Ejército más pequeño del
mundo.”
4. No existe el
marco legal adecuado para la actuación del Ejército en labores de seguridad pública.
Es algo que los legisladores tendrán que determinar. Dice el General Secretario
que puede haber un temor de que si los ponen en las calles con un marco jurídico que les
respalde, a lo mejor luego no querrán volver a sus funciones propias. Pero dice
que es un temor infundado ya que no
tienen aspiraciones políticas.
5. Dijo que en las labores de
seguridad pública que realizan: “A veces, no sabemos con precisión qué es
exactamente lo que están esperando de nosotros, es hacer acto de presencia, lo
hacemos, pero en ese acto de presencia hay muchas situaciones que se pueden
presentar, qué es lo que tenemos que hacer, eso es algo que hemos estado trabajando
en el Gabinete de Seguridad, que se defina con absoluta claridad qué es lo que
quieren de las Fuerzas Armadas.”
De esos comentarios se desprenden
cosas interesantes:
1. La estrategia de desbaratar a
grandes bandas de delincuentes se supone que ayuda a desarticular el flujo de
drogas a Estados Unidos pero a la vez ocasiona grandes problemas de inseguridad
a la población. Si bien aunque esta estrategia no se ha visto que incida en
disminuir el flujo de drogas a Estados
Unidos ni el de armas hacia México, por
lo menos el gobierno americano se encuentra satisfecho y justifica los cientos
de millones de dólares que destina cada año a ayudar a las fuerzas de seguridad
mexicanas. Lo que queda pendiente es atender el problema de seguridad a la
población mexicana que, como señala el Gral. Cienfuegos, ha empeorado por la
estrategia seguida.
2. La tarea encomendada al Ejército
de convertirse en policías sustitutos allí donde no funcionan las policías
locales les ha llevado a dedicar a 50,000 (El 25% del total) efectivos a estas labores. Pero el Ejército no
se pude convertir en la policía nacional porque no les alcanzan los recursos. ¿Habrá
que revivir el proyecto de la Gendarmería
para que cuente con esos 50,000 efectivos que ahora le dedica el Ejército? Hoy
solo tiene 5,000.
3. Desde el 2008 se ha intentado mejorar a las
policías locales. Si bien la estrategia del sexenio anterior no se ha
abandonado del todo, se ha dado más énfasis
a tareas de coordinación e inteligencia. Pero sigue pendiente avanzar en la construcción de las fuerzas policiales. Ahora
bien, si como dice el Gral. Cienfuegos, las policías municipales tampoco serán suficientes para combatir a la delincuencia organizada, entonces las autoridades tendrán que decidir
que hace falta y ponerlo en práctica.
4. El Congreso Federal sigue siendo
omiso en legislar sobre la tarea de las fuerzas armadas en materia de seguridad
pública. Si bien dicha actuación no es ilegal, está débilmente fundamentada. Las
fuerzas armadas necesitan claridad legal en su actuación como policías, ya que invaden
competencias de otras autoridades.
5. Que el Ejército acuda a operativos donde no está claro que se espera
de ellos, debe ser muy confuso para todos. El Presidente tendrá que ser muy
claro en las instrucciones que le dé a las Fuerzas Armadas y a todo el Gabinete
de Seguridad Nacional. O bien, si esta
tarea la ha delegado en el Secretario de Gobernación, aspecto novedoso ya que tradicionalmente
las fuerzas armadas no se subordinan más que al Presidente, el Secretario deberá
ser claro al respecto.
La labor del Ejército para
mejorar la seguridad pública debe ser vista como una medida de emergencia y no
como algo permanente. Urge fortalecer a las fuerzas de seguridad pública y relevar
al Ejército de estas tareas. Esta entrevista al General Secretario debería
prender los focos de alerta a las autoridades federales, estatales y municipales
y ponerlos en acción.
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Correo: odiazgl@gmail.com
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