5 de julio de 2014

LA SOCIEDAD DE ZOMBIS



POR: OCTAVIO DÍAZ G.L.
@octaviodiazg



     La diversión y el entretenimiento  se han vuelto el objeto del deseo de la mayoría de las personas. ¿Qué hacer con el tiempo ocioso? ¿Cómo  descansar de las presiones del trabajo? ¿Cómo dejar de  pensar en los problemas personales que aquejan a todos? Se ha creado un gran sistema que impulsa el escapismo y cuyo paradigma es la masificación, la trivialización,  el escándalo y el espectáculo potenciado por la disponibilidad no solo de la televisión sino de otros medios audiovisuales cada vez más ubicuos como las computadoras personales, las tabletas y los teléfonos multimedia.  Lo que Vargas Llosa y otros autores han denominado la civilización del espectáculo ha contaminado innumerables terrenos del quehacer humano. Como menciona Vargas Llosa en su libro “La Civilización del Espectáculo”, este fenómeno ha transformado las artes y la cultura en general, la política, el sexo, los deportes, el periodismo y la religión entre otros.


     Algunos de los aspectos que ha alterado  esta nueva civilización son:


1.    Música. Antes solo una limitada audiencia podía escuchar música: aquellos que podían asistir a un concierto en vivo. Los compositores y ejecutantes existían en número muy limitado. Ahora la  música se ha masificado. El acceso a la música de cualquier tipo es universal pero además la producción de música también. Las compañías productoras se disputan las audiencias apoyadas en el espectáculo; la producción de música ha crecido exponencialmente  y su calidad ha disminuido también exponencialmente. La música dejó de ser un arte para pocos  para convertirse en diversión efímera, sin contenido y un gran negocio.  

2.    Pintura y escultura. Las artes plásticas también se han visto afectadas. Si durante siglos la estética fue evolucionando gracias a rupturas con el pasado, ahora la ruptura se convierte en escándalo para generar publicidad. Como menciona Vargas Llosa, cuando Duchamp presenta un orinal (La Fuente) es una ruptura con el pasado y todavía es arte; pero  cuando un artista presenta esculturas usando caca de elefante solidificada como base, se trata de generar espectáculo para favorecer el valor de lo expuesto. Ahora el único valor de la obra es como  mercancía y depende de la mercadotecnia, no de sus méritos artísticos.

3.    Literatura. Cada vez hay menos novelas, obras de teatro y libros de poesía que apelen a los viejos valores estéticos. Novelas como Palinuro de México de Fernando del Paso o la poesía de Octavio Paz difícilmente alcanzan tirajes como las novelas que solo buscan entretener; novelas sin profundidad y en la mayoría de los casos sin valor literario. Se consumen las obras como las de Dan Brown que están pensadas para la gran masa. Novelas con pocos personajes, capítulos breves, lenguaje sencillo, acción intensa y acontecimientos que llaman la atención por novedosas. Todo ello ayudado por la mercadotecnia  para crear expectación y generar ventas. Ante el asalto de los “best sellers”, la poesía – por ejemplo- ha perdido espacio frente a los libros-espectáculo.  

4.    Deportes. Lo que debiera ser una actividad que ayuda a la salud,  el bienestar físico y a la formación de las personas, se ha convertido en el  espectáculo por excelencia para la humanidad. Para darnos una idea del alcance que tiene, el mundial de fútbol de 2010 tuvo una audiencia televisiva de 3,200 millones de personas. También se estimula la práctica del deporte, pero en el trasfondo también hay un negocio en los clubes y la venta de ropa y equipo especializado. Solamente unos cuantos deportistas privilegiados pueden aspirar a alcanzar la cúspide del alto rendimiento donde les espera el dinero y la fama.   

5.    Política. La política también se ha visto afectada notablemente por el espectáculo. Tenemos el caso de actores que se convirtieron en políticos exitosos en Estados Unidos como Ronald Reagan y Arnold Schwarzenegger. El ex presidente Sarkozy de Francia fue ayudado por su esposa Carla Bruni,  actriz, cantautora  y ex modelo. Por ello los partidos políticos cada vez más buscan candidatos con  atractivo físico y otras cualidades mediáticas, más  que por su profundidad de pensamiento o su capacidad administrativa. Triunfa quien es capaz de convertirse en espectáculo.  

6.    Noticias y periodismo. Otro ámbito afectado por la cultura del espectáculo es el de las noticias. Estas se han vuelto también una fuente de diversión. Estamos informados de todo y nada. En 140 caracteres nos enteramos de lo que ocurre por todo el mundo pero sin ninguna profundidad. Sabemos  de una gran cantidad de asuntos que solo apelan a las emociones y no a la inteligencia. Las noticias también se han convertido en un gran negocio. Ya no se sabe cuándo se trata de información relevante o publicidad pagada. Los políticos y las empresas disfrazan de noticia lo que es publicidad para promoverse.

7.    Religión. Han proliferado las iglesias de todo signo que  se llenan de devotos atraídos por una religión transformada en espectáculo. Estas venden esperanza, comunión con otras personas y un sentido de pertenencia en donde las creencias pasan a segundo término. Encabezada por predicadores que son grandes actores y excelentes oradores, han sabido explotar la religión para convertirla también en un gran negocio. 


     La civilización del espectáculo ha transformado grandes áreas de la actuación humana y las ha hecho perder profundidad y calidad intelectual, las ha vuelto negocio y ha trastocado los fines que perseguían originalmente. Desafortunadamente esta nueva civilización  está produciendo una sociedad de zombis.

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