@octaviodiazg
En
estas semanas la mitad del mundo estará
viendo los partidos del mundial de fútbol. Y digo la mitad porque según
la revista The Economist, a la otra
mitad no le interesa. En los tres países más poblados del mundo no es el fútbol
el deporte predominante: China, Estados Unidos e India. Pero eso no quiere
decir que no haya ganado adeptos por todo el mundo. Según la misma revista, la Federación Internacional de Futbol
Asociación (FIFA) tiene más países miembros que la ONU.
Que
bueno que los deportes sean populares. En un mundo donde la obesidad se ha
vuelto ya una epidemia y pone en riesgo la salud de millones de personas,
especialmente en México, lo más importante es que las personas hagan algún
deporte y abandonen sus vidas sedentarias y sus malos hábitos de alimentación.
El fútbol es de esos deportes que no requieren más que una pelota y se juega
prácticamente en cualquier lugar. La revista estima que 300 millones de
personas en el mundo practican el fútbol.
Pero
también los deportes generan sedentarismo y propician malos hábitos cuando en
lugar de practicarlos nos sentamos enfrente de una televisión o acudimos a un
estadio como espectadores y bebemos una cerveza, un refresco lleno de azúcar o
una bebida alcohólica más fuerte y consumimos todo tipo de alimentos chatarra.
El
fútbol no es solo deporte. Es una gran oportunidad para negocios lícitos e
ilícitos. Para darnos una idea del tamaño del negocio, según la revista Forbes,
los ingresos que el mundial de Brasil le podría generar a la Federación
Mexicana de Fútbol oscilan entre 250 y 600 millones de dólares. Eso era lo que estaba
en riesgo cuando la selección mexicana estuvo a punto de quedar fuera del mundial y que fue salvada gracias a que Estados Unidos ganara un partido clave y
a que el sistema de repechaje le puso a la selección a un rival aún más débil
que los de CONCACAF. Podemos apreciar como el fútbol se ha vuelto muy rentable en
México y las franquicias de primera división una oportunidad. Claro siempre y
cuando sea bien manejada y no como ocurrió con el Necaxa aquí en
Aguascalientes. Por ello las dos televisoras mexicanas y más recientemente el
Grupo Carso del Ing. Slim han entrado de lleno al negocio del fútbol. El
negocio está compuesto por los ingresos en taquilla, las ventas de cerveza,
refrescos y botanas en los estadios, la venta de camisetas y otras ropas, los
patrocinios que pagan grandes marcas por
aparecer en la ropa deportiva y usar
a la selección y sus jugadores en sus comerciales y el pago de los derechos de
transmisión por radio y televisión. Pero además la compraventa de jugadores se
ha vuelto un negocio muy importante. El sitio especializado transfermarkt.com presenta
el valor de mercado de los jugadores (Sí, como mercancía) y los clubes más
importantes del mundo. Por ejemplo los mexicanos más caros son Javier Hernández
con $283.7 Millones de pesos (MDP) y Giovanni Dos Santos $177 MDP. En el mundo los más caros son Lionel Messi con
valor de $2,114 MDP y Cristiano Ronaldo $1,762 MDP. Asimismo los equipos más caros del mundo son el
Barcelona con valor de $10,362 MDP y el Real Madrid con $10,061 MDP. De acuerdo
con The Economist, los 20 clubes más
exitosos generaron ingresos por $96,300 MDP en la temporada 2012-2013 y el
valor de la marca del equipo Bayern-Munich se estima en $11,712 MDP. Intermediarios, clubes y los jugadores se
benefician con cada transacción de compraventa de jugadores que ocurre. Una
convocatoria a la selección les aumenta el precio. Por eso a veces no se
explica deportivamente por qué se convocan a jugadores que no tienen la calidad
para estar allí. Pero no se requiere mucha imaginación para saber lo que un
club está dispuesto a ofrecerle a un director técnico de la selección para que
convoque a un jugador o ponerlo a jugar unos minutos para aumentar su precio.
El
fútbol también es una oportunidad de negocios ilícitos. El negocio de las apuestas ha crecido por todo
el mundo y por ello ha habido una explosión de actos de corrupción para
arreglar partidos. A los inicios del Mundial, empieza a surgir la duda si las
fallas arbitrales como las que afectaron el juego México vs. Camerún no son
debido a este tipo de arreglos. También existe una investigación en curso para
ver si existió compra de votos para darle la sede del mundial a Rusia en 2018 y
a Qatar en 2022. Especialmente en este último caso existen indicios de que fue
arreglado. Finalmente los equipos de fútbol
también son negocios atractivos para los lavadores de dinero. En México tenemos
ejemplos como el caso del anterior dueño
del Querétaro y dueño de la empresa Oceanografía, hoy en investigaciones
judiciales, y los malos manejos del Necaxa durante la administración del
gobernador Reynoso.
El
fútbol es un gran deporte si se practica. Si solo se ve por televisión no es
nada saludable. Es un gran negocio y genera muchos empleos pero propicia el
consumismo, el tráfico de personas (futbolistas) y en su lado más oscuro, la corrupción y el lavado de dinero. Pero
consideraciones aparte, la diversión y el espectáculo también hacen falta para
distraer a todos de lo importante. Ojalá que no sea por mucho tiempo pues mientras, el país sigue
su marcha.
Blog:
octaviodiazgl.blogspot.com Correo: odiazgl@gmail.com
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