Por: Octavio Díaz García de León
@octaviodiazg
Estamos
acostumbrados a hablar de inteligencia cuando nos referimos a las capacidades y
habilidades de las personas. Sin embargo este término también se usa para
referirnos al proceso de recopilación de información, su análisis y la
elaboración de propuestas para la toma de decisiones. Los gobiernos usan los
procesos de inteligencia para la prevención de amenazas a la seguridad nacional
y la seguridad pública. Las empresas lo usan para identificar y defenderse de
amenazas de su competencia o del entorno donde operan. Casi todos los gobiernos
del mundo tienen sus agencias de inteligencia: el CNI en España, el Mossad en
Israel, la CIA en Estados Unidos, el BND en Alemania, el MI5 y el MI6 en el
Reino Unido, la SVR y el FSB en Rusia y la DGSE en Francia, entre las más conocidas.
En México
operan legalmente el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) de la
Secretaría de Gobernación (SEGOB), el Centro Nacional de Planeación, Análisis e
Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI) de la Procuraduría General
de la República, la División de Inteligencia de la extinta Secretaría de Seguridad Pública
(SSP) y las Secciones Segunda de los Estados Mayores de la Secretaría de la
Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaría
de Marina Armada de México (SEMAR). El CISEN es la agencia civil encargada de realizar
labores de inteligencia en materia de seguridad nacional mientras que las
Secciones Segunda de SEDENA y SEMAR hacen lo propio desde el punto de vista
militar. La inteligencia que realizan el CENAPI y la DI tiene el propósito de
proteger la seguridad pública aspecto que como explicaba en un artículo
anterior es diferente a la seguridad
nacional (Ver la entrada Que es seguridad nacional)
En el sector
privado diversas empresas mexicanas de gran tamaño también cuentan con
operaciones de inteligencia competitiva que les permiten estar atentas acerca
de las acciones de sus competidores, aspectos regulatorios y otros
acontecimientos que puedan afectar su competitividad.
La recopilación
de información se puede hacer de fuentes públicas o bien utilizando fuentes
cerradas. Para la recopilación de información cerrada o espionaje, en la
mayoría de los casos se requiere orden judicial. Los gobiernos lo hacen con
cámaras ocultas, micrófonos de gran alcance, imágenes satelitales en vivo e
intervención de las comunicaciones para
recabar información relevante a las amenazas que investigan. Las empresas utilizan información pública y herramientas
tales como por ejemplo la minería de
datos cuando cuentan con grandes bases
de datos o por ejemplo el caso de las tiendas de supermercado, donde existen sistemas de monitoreo
que graban los movimientos de cada uno de los clientes, el tiempo que se
detiene ante un anaquel, el trayecto que sigue, la frecuencia con que esa
persona acude a la tienda, etc..
La nueva
Administración Federal ha anunciado la
creación del Centro Nacional de Inteligencia, por cierto, con el mismo nombre que tiene en España y un
gran “Centro de Fusión de Inteligencia”. Supongo que con la fusión de la SSP a
la SEGOB, se pretende unificar bajo el CISEN a la DI de la extinta SSP. Lo cual
presenta retos muy importantes. Para empezar, las labores de inteligencia del
CISEN son muy diferentes a las de la DI. La primera se enfoca a amenazas a la
seguridad nacional y la segunda a actividades puramente policiales. Ambos temas
requieren características de operación muy diferentes. La DI auxilia a la
policía federal en labores táctico operativas para realizar la captura de
delincuentes. El CISEN no necesariamente.
Los “Centros de
Fusión” en donde las distintas agencias gubernamentales comparten información, surgieron en Estados Unidos a raíz de los ataques del 11/S
de 2001, en donde la falta de coordinación y el no compartir información entre
las diversas agencias de inteligencia de Estados Unidos, impidió detener el
ataque de los terroristas de Al Qaeda. Por ello se crea el “Department of Homeland Security” fusionando
varias agencias de seguridad americanas y se crean “Centros de Fusión” en
diversos lugares de aquél país. La creación del monstruo burocrático “Homeland
Security” ha resultado muy complejo y con pocos
resultados. Por lo que respecta a los Centros de Fusión, recientemente en un estudio realizado por el
Senado de aquél país publicado el 3 de octubre de 2012, se demostró que tampoco
han dado resultados para combatir al terrorismo. El principal obstáculo para
que funcionen estos Centros es la desconfianza entre instituciones ya que no
todas tienen las mismas capacidades de contrainteligencia para evitar la penetración
de los enemigos y por lo tanto al
compartir la información se podría poner en riesgo la misma. Lo primero que hay
que hacer es tener medidas muy estrictas
de seguridad y contrainteligencia que garanticen el destino de la información que
se vaya a compartir.
La nueva
Administración Federal ha comunicado
estas estrategias para combatir a
la delincuencia incluyendo la creación de la Súper SEGOB. Sin embargo es
conveniente que no se apresuren a hacer los cambios hasta en tanto no conozcan
la situación en que se encuentran actualmente estas grandes instituciones.
Especialmente si se quieren fusionar áreas de inteligencia que tienen
propósitos de actuación muy diferentes hoy en día.
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