27 de abril de 2012

LA ESTATUA QUE COBRA VIDA




     En la mitología griega se habla de la historia de Pigmalión, el Rey de Chipre que decepcionado de los vicios e imperfecciones de las mujeres de su tiempo, prefirió no casarse. Decide entonces esculpir a una mujer y el resultado de su obra es tan perfecto que queda enamorado de la estatua, llenándola de regalos y ropas como si estuviese viva. Tanta es su devoción a la estatua llamada Galatea, que le pide a la diosa Afrodita le conceda le dé vida  para casarse con ella y la Diosa acepta. El Rey  descubre que le han concedido su deseo cuando poco a poco la estatua cobra vida.  Feliz, el Rey ha encontrado a la mujer que deseaba, la hace su esposa y tiene un hijo con ella.

      La fábula relatada por Ovidio en sus Metamorfosis  ha inspirado numerosas obras entre las cuales está  “Pigmalión” del escritor inglés George Bernard Shaw. En los años cincuenta se hizo un  musical basado en esta obra de teatro  y de allí surgió la película  llamada “Mi Bella Dama”, un éxito de taquilla en los sesenta.  En la obra de teatro,  un profesor de fonética está convencido de que puede transformar a una florista de uno de los barrios bajos de Londres en una dama de la alta sociedad, enseñándole a hablar con la pronunciación y corrección de una reina. El profesor toma el reto como si se tratase de lograr una obra de arte. Lo hace sin ninguna contemplación hacia la pobre florista que se somete al rudo entrenamiento. Sin embargo, durante toda la obra  se escuchan los ecos de una reflexión: ¿Qué va a pasar después, cuando termine su experimento y la florista hecha ya toda una dama de sociedad tenga que regresar a los barrios bajos en donde vivía en la miseria? Al profesor, que es un tipo sin modales ni respeto por los demás, nada le importa de lo que pase con esta mujer. Pero una mujer así transformada ya no puede regresar al lugar de donde vino.  Pero ¿cómo es que la florista puede tomar  un papel de dama de alta sociedad si no lo es, ni tiene el dinero para pasar por tal? ¿Es sostenible el crear un personaje tan diferente de la persona a partir de la cual se construye o tarde o temprano acabará por fracasar? Shaw deja en el aire la respuesta.

     La posibilidad de crear un ser perfecto o por lo menos con grandes cualidades, es un sueño de  pedagogos, entrenadores, padres de familia, dueños de  negocios del entretenimiento y de partidos políticos quienes quisieran dar vida a personas así. Pero, además, los pueblos aspiran a tener este tipo de personajes en quienes poderse ver reflejados. Por ello se cultiva la imagen de  actores, cantantes,  futbolistas, tenistas, intelectuales, políticos y muchas otras figuras públicas. Para ello han surgido los expertos en imagen  capaces de crear personajes públicos que poco o nada tienen que ver con las personas reales. Llenan así las expectativas de las masas  deseosas de verse reflejadas en ellos y convierten a estos personajes   en mercancía vendible como cualquier otra. La gente paga por verlos, por saber que hacen, por tener una prenda que ellos usan o un perfume, por manejar el auto que ellos conducen o  bien, vota por ellos.

       En la política  estos personajes creados de la nada luego dan sorpresas cuando se revela su verdadero ser. Allí está el caso de Hitler. Gracias al extraordinario manejo de la propaganda, este político se convirtió en un personaje  fascinante cuando en el fondo era un fanático despreciable y caricaturesco. Quienes lo alentaron, lo subestimaron creyendo que podrían manipularlo para sus fines pero fue al revés: los manipulados fueron ellos y así llevo a Alemania a la destrucción y de paso a media humanidad.

      El Presidente de EUA, Ronald Reagan, fue otro ejemplo de un fenómeno de masas. Actor de películas regulares, supo usar sus dotes de actor para convertirse en  un gran comunicador. No tenía grandes conocimientos  de los asuntos de estado ni muchas dotes intelectuales. Respondía a los intereses de los grandes empresarios de su país, especialmente del complejo industrial-militar y dejó que sus colaboradores condujeran los asuntos del país. Se limitó a seguir el guión al pie de la letra y dejó en manos de otros los asuntos de estado. Un ejemplo más reciente es el de Sarah Palin que fue candidata a la Vice Presidencia de Estados Unidos y que fue capaz de llegar a esa candidatura gracias a una imagen física atractiva. Los genios de la publicidad la convirtieron en un buen producto político a pesar de sus  limitaciones intelectuales.

      Hay peligro en sucumbir ante los encantos de estos personajes ya que quienes  los manejan están tras bambalinas y poco o nada sabemos de ellos ni del guión que les da vida a sus personajes. Pero además, estos personajes inventados ¿seguirán el guión o  darán una sorpresa y cobrarán vida propia? ¿Serán un Frankenstein o una Galatea?

Bibliografía:

1. Project Gutenberg´s "The Metamorphoses of Ovid, by Publus Ovidius Naso.
Translator: Henry Thomas Riley. , 1851. e-book 2008.

2. Project Gutenberg EBook of "Pygmalion" by George Bernard Shaw (1912) . 2009.


_____________________________________________________________
Estoy en: www.heraldo.mx/columnas/todo-terreno.htmlTwitter: @octaviodiazg, Blog: octaviodiazgl.blogspot.com. Correo: octaviodiazgl@yahoo.com.mx.

No hay comentarios:

Publicar un comentario