28 de enero de 2012

EL IMPERIO QUE SOÑÓ ITURBIDE

      La nación mexicana nació de la colisión de dos grandes imperios: el español y el azteca. Sin embargo al independizarse  no heredó  la vocación  imperial que venía de ambas tradiciones. Sólo durante el gobierno  de Agustín de Iturbide  se tuvo la visión y ambición para ser una potencia imperial.

     Al lograr México la independencia de España, el planteamiento geopolítico de Iturbide para la naciente nación contemplaba entre otras cosas proteger al territorio mexicano de la amenaza de reconquista de los españoles y de las ambiciones imperiales de los ingleses y los anglo americanos. Para ello  necesitaba  defender el paso terrestre que uniera a los dos océanos y que podía darse a través   del Istmo de Tehuantepec  o en alguna región de Centroamérica. En esta última región era importante  proteger los puertos que daban acceso al Mar Caribe y las fajas estrechas de tierra que permitían crear un canal transoceánico, tal y como años después  se construyó en  Panamá. Pero la defensa geoestratégica de México iba mas allá de Centroamérica: también  eran importantes las islas del Caribe para facilitar el comercio hacia Europa y América del Norte y además eran puerta de entrada al Golfo de México y por lo tanto al territorio de nuestra nación si recordamos que en esa época el territorio mexicano llegaba hasta la desembocadura del río Mississippi.

     Con estas consideraciones el General Iturbide  se planteó la necesidad de anexarse al  reino de Guatemala con todas sus provincias desde Chiapas hasta Costa Rica, a Yucatán, a Cuba y Puerto Rico. Con estos territorios Iturbide consideraba consolidar una nación  que fuera lo suficientemente fuerte y protegida estratégicamente para sobrevivir a la agresión de las diversas potencias imperiales.

      Al producirse la victoria del Ejército Trigarante y lograr su independencia  la nación mexicana, el reino de Guatemala también vio la posibilidad de independizarse de España.  A los centroamericanos se les planteó entonces la alternativa de unirse al imperio mexicano o bien lograr la independencia absoluta y crear una república unificada. Sin embargo las provincias centroamericanas tenían sus  agravios contra el gobierno guatemalteco y resentían la dominación de los chapines. Además consideraban que por si solas no serían capaces de resistir un intento de reconquista por parte de España o una invasión de ingleses o anglo americanos. Así fue por ejemplo, que  las autoridades de Chiapas decidieron incorporarse a México. Se sentían con más ligas comerciales y culturales con  Tabasco, Oaxaca y Yucatán  que con Guatemala y además la anexión a México les daba la protección que buscaban. Otras provincias y ayuntamientos centroamericanos se declararon en rebeldía contra Guatemala y proclamaron su independencia y anexión a México, con lo que esperaban librarse del yugo guatemalteco y obtener la protección de Iturbide. Finalmente en enero de 1822 las provincias de Centroamérica quedaron unidas al Imperio Mexicano.

     Más adelante Iturbide es proclamado emperador ya que ningún príncipe europeo aceptó el trono mexicano como estaba contemplado en el Plan de Iguala y así Iturbide consolida su imperio.  Fue así que México logró la mayor extensión territorial  en toda su historia. En el norte su territorio incluía los estados de Estados Unidos que hoy son California, Utah, Nevada, Arizona, Colorado, Nuevo México y Texas llegando el territorio mexicano por el norte hasta Oregon, por el oeste al Pacífico por el este hasta el río Mississippi  y por el sur hasta el límite con  Panamá. El sueño duró poco y el 19 de marzo de 1823 es derrocado Iturbide y proclamada la república federal. Con ello Centroamérica se separa de México, excepto Chiapas y el gobierno mexicano ya no tiene interés en retener esos territorios. En pocos años más se perdería la mitad restante del territorio mexicano a los Estados Unidos y  aquél país no dejaría de amenazar a México por largo tiempo  con  invasiones esporádicas de tropas a nuestro país. El cerco geopolítico de Estados Unidos sobre México se cierra con el apoderamiento de territorio colombiano para construir el Canal de Panamá y la creación de esa nueva nación para obtener la concesión del canal  y luego al arrebatar a España las islas de  Cuba y Puerto Rico.

     El planteamiento geopolítico de Iturbide mostraba la visión y ambición para crear un imperio fuerte y territorialmente protegido. No tuvo la fuerza para lograrlo. La lucha entre centralistas y federalistas debilitó a México  y el país acabó derrotado y desmembrado en la guerra contra los Estados Unidos.

      Hoy queda en el mundo prácticamente un solo imperio que es nuestro vecino. Por ello  es necesario repensar la geopolítica nacional. Por una parte la frontera con Centroamérica es inexistente y nos unen más cosas de las que nos separan: idioma, herencia, cultura, pueblos indígenas, religión y creencias. Sucede igual con las islas caribeñas, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana.  Por otra parte la amenaza sigue siendo la misma: los intereses geopolíticos de Estados Unidos no han cambiado en esta región. Además en este  siglo XXI Estados Unidos ha esgrimido la guerra contra el terrorismo, que no es una amenaza real a la seguridad nacional de ese país, para invadir Irak, Afganistán y quizá pronto a Irán. México, enfrascado en la lucha contra el narcotráfico ofrece un pretexto tentador. Es tiempo de reforzar la posición geopolítica de nuestro país.

 Bibliografía: "El Imperio Mexicano y el Reino de Guatemala. Proyecto político y campaña militar, 1821-1823." Mario Vazquez Olivera, FCE, México 2009.
"Historia de México" , T. Anna, J. Bazant, F. Katz, J. Womack, J. Meyer, A. Knight, P. Smith. Ed. Crítica, Barcelona, 2da Ed. 2003

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