Por: Octavio Díaz García de León
La clase media tiene la ilusión de que México sea un país desarrollado
cuando al salir al extranjero o leer noticias de otros países, constata los
avances de los demás. Por ello, le frustra
ver que pasan décadas y ese sueño nunca se alcanza. Así han transcurrido ya 200
años desde que México es independiente y no se logra estar al mismo nivel que
los países más avanzados. Eso no quiere decir que no haya progreso, sino que no
ha sido suficiente.
Acostumbrada a una cultura del esfuerzo, la clase media quisiera
cambiar al país pero no ha podido. Empezando por la política. Los partidos a
los que ha apoyado no han satisfecho sus expectativas.
Se pueden observar países que sin ser del primer mundo, nos llevan la
delantera. Por ejemplo Turquía, que está atrayendo tanto turismo mexicano,
tiene uno de los mejores aeropuertos del mundo y no se observa pobreza extrema.
Por cierto, el arquitecto que hizo el aeropuerto de Estambul es tan prestigioso a nivel mundial como el que diseñó el de
Texcoco. Pero se prefirió cancelarlo y construir el AIFA. Decisión que sigue
siendo inexplicable para los usuarios del aeropuerto ya muy saturado y viejo de
la Cd. de México, sobre todo después del enorme costo que representó cancelarlo
(medio billón de pesos) sin ningún beneficio.
Otra ambición de la clase media es tener buen transporte de personas y
de carga. Por ejemplo, tener trenes de alta velocidad como los que comunican Europa,
China y Japón. En contraste, aquí se está construyendo un tren lento que le da
la vuelta a la península de Yucatán para uso de unos pocos turistas, a un costo
altísimo derivado de la corrupción y causando un gran daño ecológico. Lo que
hace falta son ferrocarriles de alta tecnología que unan Ciudad de México con fronteras
y puertos. Porfirio Díaz los construyó
hace mas de un siglo y desde entonces ningún gobierno ha tenido esa visión
estratégica.
Asimismo, Porfirio Díaz compitió
para realizar un canal interoceánico en el Istmo de Tehuantepec y al no poder hacerlo,
construyó un tren entre Salina Cruz y Coatzacoalcos. Ciento veinte años después,
se está relanzando el mismo proyecto de Porfirio Díaz, a pesar de que hoy se
cuenta con la tecnología para hacer un canal que compita con Panamá,.
Carreteras de primer mundo son otra aspiración de la clase media, como
las de Estados Unidos, las de Europa o las de Turquía. Las nuestras están en
malas condiciones después de un sexenio en que no se les dio mantenimiento ni
se amplió la red carretera, quedando las existentes saturadas. Además, son inseguras
por los asaltos y los accidentes frecuentes. Las de cuota son muy caras y no están
en buen estado.
La clase media busca la educación privada para sus hijos pues sabe que
las escuelas públicas tienen grandes deficiencias, ya que la preparación que
ofrecen no les permitirá a sus egresados tener empleos bien remunerados. A
diferencia de la educación pública en países como Finlandia, Corea del Sur, Japón
o Alemania que son de muy alta calidad.
En cuanto a la salud, la clase media tiene gran temor a enfermarse y no
poder atenderse dado el colapso del sistema de salud pública de México, que hizo que la esperanza de vida se redujera 4 años en este
sexenio. Mientras, en otros países el servicio es razonable y en muchos casos
gratuito.
Todos los mexicanos desean tener mejor seguridad en un país donde
ocurren entre 80 y 100 asesinatos diarios y existe más de 97% de impunidad.
Tener policías bien entrenadas y pagadas, que defiendan a la población y sea
difícil de corromperlas, como en los
países avanzados o incluso como en El Salvador, es otra gran esperanza.
Tener un Metro de calidad como los de las capitales europeas, el de
Washington o Moscú es otra anhelo. El
Metro de la Ciudad de México está en ruinas por falta de mantenimiento y se ha
vuelto peligroso por los accidentes que en él ocurren.
Por otra parte, para los estratos de menores ingresos su preocupación más
grande es sobrevivir. Para ellos un subsidio del gobierno es suficiente para librar
su realidad cotidiana. Pero también millones de estas personas huyen del país
en busca de mejores oportunidades y calidad de vida en Estados Unidos. Como la
clase media, también aspiran a vivir en un país desarrollado.
¿Por qué otros países pudieron salir del subdesarrollo en unos pocos
años como China, Japón, Corea del Sur o Singapur y México tiene dos siglos sin
aproximarse siquiera?
Vivir en un país desarrollado seguirá siendo una aspiración de los
mexicanos en las décadas por venir, porque incluso no hay consenso de que se
quiera llegar a ser uno. Hay quienes prefieren que México sea como Cuba o
Venezuela: extremadamente pobre y gobernado por dictadores.
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