Por: Octavio Díaz García de León
Algunos congresistas americanos están proponiendo el declarar grupos
terroristas a las bandas del narcotráfico que operan en México. Si bien, es muy
improbable que ocurra, de aprobarse esta iniciativa, el presidente de Estados
Unidos podría ordenar ataques militares a esas organizaciones criminales en
territorio mexicano.
Estas acciones violarían la soberanía de México, pero muestran la
desesperación de un gran sector del público americano ante lo que es una
catástrofe humanitaria en ese país, en donde mueren al año alrededor de 100 mil
personas por sobredosis de fentanilo, el cual proviene en su mayor parte de
México.
Es de esperarse que la sensatez de ambos gobiernos prevalezca y exista
una cooperación productiva entre los dos países para combatir el fenómeno y no
sea necesaria una intervención militar de los Estados Unidos en nuestro país.
En el remoto caso de que se aprobara esta iniciativa en el Congreso de
Estados Unidos, las acciones militares de ese país probablemente no serían como
en el pasado. Es decir, no es de esperarse que arriben a nuestros puertos buques
de guerra americanos, como ocurrió en
1914 en Veracruz, o que penetren a nuestro territorio divisiones del ejército
de Estados Unidos, como sucedió con la Expedición Punitiva en busca de Pancho
Villa en 1916, la cual ocupó a 12 mil soldados. Mucho menos una invasión como
la de 1847.
Lo mas probable es que la intervención militar sería más parecida a la
que llevan a cabo los Estados Unidos en Afganistán, Pakistán, Siria y otros
países con presencia de terroristas.
Para desarticular las cadenas de producción y tráfico de drogas es
posible que la estrategia del vecino país estuviera dirigida a atacar las
diferentes etapas del negocio y a la vez,
desarticular las cadenas de corrupción y complicidad de autoridades
mexicanas. La estrategia podría ser:
·
Desarticular la entrada a México de precursores químicos de drogas y la
entrada de producto terminado en tránsito por nuestro país.
· Detectar y destruir los laboratorios que producen la droga.
·
Identificar y destruir los almacenes donde se oculta y concentra la
droga.
·
Encontrar, interceptar y/o destruir los medios de transporte.
·
Mover la frontera “virtualmente” para interceptar cargamentos ilegales más
al sur de la frontera formal.
·
Desarticular los flujos de dinero ilícito y su lavado.
·
Atacar por la vía legal la corrupción de las autoridades involucradas
en el tráfico de drogas en México
Para desplegar esta estrategia, se podrían llevar a cabo operativos
como los siguientes:
·
Aumentar sustancialmente el despliegue de inteligencia en nuestro
territorio, aumentando el personal
encubierto, los informantes, la intercepción y disrupción de comunicaciones
electrónicas y usando inteligencia técnica proveída por satélites y vehículos
no tripulados (drones). Con ello se podrían detectar las cadenas de
producción y corrupción.
·
Llevar a cabo bombardeos dirigidos por medio de drones a laboratorios,
casas de seguridad, almacenes, transportes,
y otra infraestructura ilegal.
·
Realizar ataques con proyectiles lanzados desde drones para eliminar a
cabecillas de las organizaciones y atacar sus arsenales y equipo paramilitar.
·
Interceptar los flujos de dinero y combatir su lavado mediante
inteligencia financiera.
·
Establecer operativos para detectar armas, mediante el uso de inteligencia
y acciones legales contra los productores y vendedores.
·
Llevar a juicio a las cortes americanas a las autoridades mexicanas que
sean cómplices de los narcotraficantes.
Esto lo pueden hacer los americanos con o sin ayuda del gobierno de
México, en el momento que cuenten con las autorizaciones necesarias de su
Congreso y así lo dispongan sus autoridades.
Pero no es de esperarse, de darse el caso, una gran movilización de tropas
y equipo militar dentro de nuestro país, sino operaciones quirúrgicas que no
pongan en riesgo la vida de los militares americanos y quizá tratando de evitar
daños colaterales entre la población inocente.
De lograrse desarticular el tráfico de drogas hacia el norte, quedaría
un grave problema en México ya que las bandas de delincuentes se enfocarían con
más fuerza a desarrollar el mercado interno de drogas, seguir conquistando territorios
para extraer rentas, aumentar los secuestros, el robo y cometer otros delitos en
nuestro país.
Por otra parte, los americanos no resolverán su problema si no logran detener
la demanda insaciable de drogas. Si estas no entran por México, se empezarán a
producir dentro de Estados Unidos y vendrán de otras partes del mundo.
Lo sensato para ambos países es entrar en una cooperación que sea
eficaz en contener el flujo de drogas, armas, dinero ilícito, precursores y
atacando la corrupción. Es tiempo de tomar medidas conjuntas mas agresivas en
ambos lados de la frontera, especialmente para evitar que México se convierta
en un narco estado con serios problemas de gobernabilidad, lo cual se podría
agravar con una intervención militar americana.