29 de julio de 2012

EL GUASÓN Y SUS ARMAS: UNA HISTORIA DE TERROR


      Hace unos días, se estrenó  la nueva película de Batman en un complejo de cines en Aurora, un suburbio de Denver, Colorado. Para poder asistir a la premier de medianoche, se tenían que haber comprado los boletos con anticipación; se esperaba un lleno total. En una de las salas de cine, llena de adolescentes ruidosos,  había personas disfrazadas como los personajes de la película. Uno de ellos, un joven con el pelo pintado de rojo, en lo que parecía una imitación del  Guasón, estaba  sentado en las filas delanteras.  Los espectadores que acudían para distraerse y tener un momento agradable de diversión,  estaban listos para disfrutar una película de acción. Lo que no sabían, es que iban a vivir una historia de terror, no en la película, sino  en la realidad.



      Como a la media hora  de iniciada la película, el joven de pelo rojo parece recibir una llamada por el celular y sale por la puerta de emergencia. La deja abierta. Unos minutos después ingresa por esa puerta un tipo vestido con chaleco antibalas provisto con un cuchillo de caza y bolsas con  cargadores para rifle; lleva también una máscara antigás, y trae varias armas. Algunos piensan que es un promocional de la película, otros no saben que pensar y otros mas ni cuenta se dan. Arroja un par de granadas de  gas lacrimógeno e inicia su paseo de la muerte por los pasillos disparando indiscriminadamente contra los asistentes.  Para ello el asesino llevaba un rifle de asalto semiautomático tipo AR-15 (Smith & Wesson M&P 15), una escopeta Remington 870 calibre 12 y dos pistolas Glock calibre .40. Como resultado de su ataque mueren 12 personas y hiere a otras 58.



      El asesino compró además de lo antes mencionado, 3 mil balas para  pistola, 3 mil balas para rifle semiautomático y 350 cartuchos para la escopeta. Su departamento lo convirtió en una cámara letal llena de bombas con trampas ocultas para matar a cualquiera que hubiese entrado descuidadamente. Todo ello con un gasto de alrededor de 15,000 dólares todo lo cual fue  adquirido de manera  legal. Pareciera que en Estados Unidos no llama la atención que alguien pueda reunir un arsenal de este tamaño quizá  porque miles de personas lo hacen cotidianamente. El asesino, James Holmes, cuando lo capturan dice que es el Guasón. Este joven era hasta hace unos meses  estudiante del doctorado en neurociencias en la Universidad de Arizona con una beca importante. Algunos dudan que el tipo está demente, pero ¿quién en su sano juicio se convierte en el  Guasón, personaje ficticio, y se pone a asesinar indiscriminadamente?



      En México desafortunadamente se dan masacres más espectaculares y con mayor frecuencia. Por ejemplo tenemos las siguientes: San Fernando, Tamaulipas en agosto de 2010: 72 ejecutados. Allí mismo, meses después, se encuentran 40 fosas clandestinas con 193 cadáveres. En el puerto de Veracruz en septiembre de 2011: 35 muertos. Más recientemente, en mayo de este año, en Nuevo Laredo aparecen  23 ejecutados, 20 en Jalisco, y 49 en Nuevo León; en junio, 14 muertos en Veracruz. A diferencia de la masacre de Holmes, pareciera que las muertes en México obedecen a una guerra entre organizaciones de  delincuentes. La crueldad y el número de muertos  dan la nota en México. El asesinato sin sentido da la nota en Estados Unidos.



      En nuestro país existen leyes muy estrictas para la posesión y portación de armas de fuego y  las armas favoritas usadas en estas masacres que  son los rifles de asalto, están prohibidos. Se sabe que la mayoría de estas armas proviene de Estados Unidos. La facilidad que existe en Estados Unidos para conseguir legalmente armas ha fomentado el tráfico ilegal de las mismas hacia nuestro país, lo cual,  aunado a deficiencias en hacer cumplir las leyes han propiciado la existencia de una gran cantidad de armas en México. Ellas han servido para asesinar a más de 42,000 personas tan sólo entre  2010 y 2011.



      El tráfico mundial de armas es un negocio que ascendió a $1.8 billones de dólares en 2011 o el equivalente al 2.5% del PIB mundial. Millones de personas y miles de empresas viven de este negocio. Si bien no ayuda que el tráfico de muchos tipos de armas sea legal en Estados Unidos y en México falle la aplicación de la Ley, este es un problema que requiere de soluciones a nivel mundial. Si partimos de la premisa de que las armas sólo sirven para herir o matar personas y para destruir propiedades e infraestructura, es decir que no tienen usos útiles a la humanidad, lo que debería lograrse es la prohibición de fabricar cualquier tipo de armas. Se podrá pensar que es poco práctico, muy difícil de hacer por los intereses que existen en juego, casi imposible por la violencia que es parte de la naturaleza humana, etc. Pero cualquier solución intermedia, es solo un paliativo. Para acabar con las guerras, masacres y los asesinatos usando armas, sólo evitando su fabricación evitaremos las muertes y el daño asociado a estos instrumentos.


Referencias:
1) Notas periodísticas en ABC News y otras.
2) SIPRI Yearbook 2012. Armaments, Disarmament and International Security. Summary.
3) Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. DOF, 11 de enero de 1972.
4) "Las Peores Masacres en México" Por AFP. Zócalo Saltillo, 25 Nov. 2011.

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