14 de abril de 2025

LAS RAZONES DE TRUMP

 

Por: Octavio Díaz García de León


    El presidente Trump pretende transformar, en cuestión de meses, el orden geopolítico y comercial que Estados Unidos construyó durante más de ocho décadas. No solo desató una guerra comercial de alcance global, con algunos paralelismos con las políticas de hace cien años que derivaron en la Gran Depresión, sino que busca abandonar el papel de potencia hegemónica que velaba por la democracia y el orden capitalista mundial.

   Entre los argumentos utilizados por la administración Trump para justificar tales medidas se destacan los siguientes:

·         Reducir el déficit comercial. Supuestamente las prácticas discriminatorias de comercio exterior de los países con los que comercia Estados Unidos provocan un déficit que se pretende reducir, aunque se omite que la balanza de servicios resulta favorable a este país.  

·         Recuperar la pérdida de empleo manufacturero. Se busca revertir la pérdida de empleos en el sector manufacturero, para un segmento de la población menos calificada,  desplazada por el avance tecnológico y la externalización a países donde la producción resulta más barata.

·         Reducción de la deuda pública. Se quiere disminuir la enorme deuda de Estados Unidos para fortalecer a su economía, aunque no le genera problemas a corto plazo, mientras el dólar siga siendo la moneda de reserva mundial,

·         Disminución del gasto militar. Reducir la inversión en defensa para rebajar la deuda y realizar un cambio geopolítico muy importante al abandonar Estados Unidos su papel de garante de la seguridad de las rutas marítimas, la globalización y de sus aliados.

   Ante este diagnóstico, asesores de Trump tales como Stephen Miran y Peter Navarro, impulsan el uso agresivo y generalizado de aranceles hacia todos los países con los que comercia Estados Unidos.

    Una vez aplicados, se clasificaría a los países en dos grupos: aquellos que se alineen a los intereses estadounidenses y acepten las medidas, como México,  y aquellos que confronten a Estados Unidos, como China. En este último caso, los aranceles que se han impuesto son de un 145% para productos chinos, mientras que China impuso un 125% sobre productos estadounidenses. Además, estos asesores proponen imponer un impuesto sobre los intereses generados por los bonos del Tesoro americanos a sus tenedores extranjeros.

 Entre las consecuencias derivadas de estas políticas se señalan:

·         Retorno de empleos manufactureros. La reubicación de algunas actividades productivas a Estados Unidos podría generar nuevos empleos en sectores desplazados por la externalización, pero tardaría años el proceso y encarecería los productos para el consumidor americano. También es posible que esos nuevos empleos los tomen robots o programas de inteligencia artificial.

·         Medidas de represalia. Canadá, Europa y China han tomado medidas para restringir la importación de productos estadounidenses y otros países podrían hacer los ismo tratando de aislar a Estados Unidos.  

·         Reconfiguración de las cadenas globales de suministro. Estados Unidos podría intentar lograr una mayor autosuficiencia, pero el cambio de las cadenas de suministro globales implicaría costos elevados y un proceso de ajuste prolongado.

·         Impacto inflacionario. Los aranceles se traducen en costos adicionales para los consumidores, funcionando como un nuevo impuesto que podría alcanzar billones de dólares, afectando el poder adquisitivo de los estadounidenses.

·         Desestabilización de mercados financieros. La incertidumbre generada por estas medidas provoca importantes caídas en las bolsas de valores, afectando a millones de ahorradores, especialmente pensionados,  que invierten en el mercado de acciones.

·         Nuevas tensiones internacionales. Las ambiciones territoriales de Estados Unidos hacia Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá, y el dejar a Rusia invadir a sus vecinos, incrementan el riesgo de conflictos internacionales.

·         Pérdida del estatus del dólar como moneda de reserva. Estas medidas debilitan la confianza en el dólar, arriesgando a que la enorme deuda estadounidense se vuelva impagable al no estar dispuestos los países agraviados por Estados Unidos a prestarle dinero.

 Ante la reacción mundial y el daño que se ocasiona a los Estados Unidos, Trump pospuso 90 días la aplicación de los aranceles extraordinarios a aquellos países que no adoptaron medidas de represalia. No obstante, de continuar esta estrategia,  podría desencadenar una crisis política interna y la pérdida del respaldo de los empresarios más poderosos que lo apoyaron, además de las enormes repercusiones que tendrá el trastocar el orden comercial internacional.  

 En cuanto a México, al someterse a las demandas de Estados Unidos sin adoptar represalias, ha logrado limitar el impacto de los aranceles al colocarse en niveles relativamente más bajos que otros países. Esto podría hacer que renazcan los proyectos del “nearshoring”, a medida que Estados Unidos intenta reconfigurar sus cadenas de suministro y fortalecer la manufactura local, aunque los niveles de aranceles impuestos a México ya le causan un grave perjuicio.

 La situación es extremadamente volátil debido a la incertidumbre por los cambios constantes de Trump a sus políticas y, de continuar su guerra comercial, aumentará el riesgo de una recesión mundial.